Padre Pío, reseña de Martin Hellmann

Martin Hellmann

Bernard Ruffin, el autor del libro que trata remos en esta reseña: «Padre Pío: la historia definitiva«, fue escritor, educador, teólogo y pastor protestante. Nació en Washington el 22 de noviembre de 1947 y murió el 4 de mayo de 2019.

Francesco Forgione (nombre de nacimiento de San Pío), hijo de Orazio Maria y Giuseppa de Nunzio, fue sacerdote y monje capuchino. Nació en Pietrelcina (Italia) el 25 de mayo de 1887, a las 5:30 de la tarde, y murió en San Giovani Rotondo a las 2:30 de la mañana. No hay mucha información sobre la infancia del Padre Pío, pero quienes conocen un poco de su historia saben que sufrió mucho desde el principio de su vida. Él mismo recordaba cuando su madre lo ponía a dormir y se ponía a llorar. Tenía terribles pesadillas, se veía rodeado de monstruos aterradores. Aunque para un niño la experiencia era común, el Padre Pío concluyó: «Fue el diablo quien me atormentó». También fue testigo de un milagro en su infancia.

De niño decidió hacerse fraile capuchino con barba. Se necesitó mucho dinero para hacerlo. Su padre se vio entonces obligado a viajar a América en busca de trabajo para enviar el dinero suficiente a su familia para que Franci (como se llamaba en la infancia) pudiera estudiar. El 6 de enero de 1903, San Pío se despidió de su madre y sus hermanos. Ella, entre lágrimas, le dijo que en adelante ya no le pertenecía a ella, sino a San Francisco (fundador de la orden).

La virtud que más destacaba en el Padre Pío era la humildad. San Pío siempre afirmó ser un grave pecador; cuando le llamaban santo, sólo se reía y pedía oraciones. Su mayor temor era ofender a Dios (lo cual creía que hacía a menudo) y se humillaba todo el tiempo.

Otra gran virtud que destacaba en el Padre Pío era la caridad, su gran amor al prójimo. Siempre que se le pedía que rezara, rezaba, incluso por los enemigos que más le odiaban, como el padre Gagliardi (no se trataba de cualquier enemigo de San Pío, sino de uno de los más mortíferos, que alimentaba un odio terriblemente irracional hacia él).

Su prudencia también impresionaba a todos los que se acercaban a él. Los consejos que ofrecía a quienes le consultaban en su vida cotidiana pueden resumirse en los siguientes términos:

1. Confía en Cristo como tu Salvador personal.
2. Comprende que no posees ninguna bondad en ti mismo.
3. Cuídate del diablo y resístete a él.
4. Reza siempre a Dios y di en cada circunstancia: «Hágase tu voluntad».
5. Ama la cruz.
6. Ofrece cada acción a Dios.
7. No te preocupes.
8. Aspira a la recompensa celestial.
9. Ama a la Virgen María.
10. Alégrate en el Señor.

En 1918, Pío recibió los estigmas temporales. El 20 de septiembre del mismo año recibió las heridas permanentes del Cristo Crucificado. Como resultado, su persona se dio a conocer en todo el mundo. La gente de todas partes acudía a él. Las heridas fueron un gran sufrimiento para él, que aceptó para compartir el sufrimiento de Cristo.

El Padre Pío realizó muchos milagros en su vida, como sus bilocaciones (es decir, la facultad de estar en dos lugares a la vez). También curó a muchos enfermos y predijo el futuro de la gente.

En general, fue una hermosa experiencia de lectura. El impacto que tuvo en mi vida, no puedo decirlo, no es algo que pueda explicar con palabras. Es la vida de un santo. Sólo sé que deseo ser un hijo espiritual del Padre Pío, y ser un santo como él.

Fuente: Ruffin, C. Bernard. Padre Pio: a história definitiva. Dois Irmãos: Minha Biblioteca Católica, 2020.

Publicado en: https://vias-classicas.com/blog/2021/09/23/padre-pio-resenha-por-martin-hellmann/ 

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